Surge
el gran amor,
que
deposita en el aire
lo
mejor de lo mejor;
y
con él viajan
el
afán de superación,
la
paz y la belleza
con
ese donaire
que
defendemos con ahínco
desde
que fuimos infantes.
La
verdad adquiere aquí,
en
esta tierra,
una
dimensión especial
que
nos lleva y conmueve
con
reflejos de un alma
ligada
a los lugares
que
visitaron,
que
mamaron, nuestros ancestros.
Se
origina la vida
donde
hay ilusión,
y
verde esperanza,
y
azul con cielos acogedores,
y
deseos que cumplimentamos
a la
luz de la Luna
y
con un Sol
que
nunca se pone.
La
energía siempre está presente,
y
con ella la salvación
que
es crecer aquí.
Me
siento pleno
en
este cobijo que es regazo
y
anhelo de libertad.
Soñamos
con ella,
con
la salubre independencia,
de
pequeños, de jóvenes
y
ahora en la madurez.
No
hay otro sitio,
y
ésta es la clave de mi amor,
donde
duerma más tranquilo.
Juan Tomás Frutos.
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